domingo, 29 de mayo de 2011

El Cordobazo sigue siendo bandera



Hoy. Ayer, Hace 42 años, Córdoba se convertía en un hito ineludible de referencia de la lucha popular. El 29 de mayo de 1969 trabajadores y estudiantes pasan a la ofensiva, asumiendo una clara perspectiva de clase, cuestionando y enfrentando un régimen de explotación y miseria.

La movilización de la clase obrera cordobesa contra la dictadura, fue un enfrentamiento contra la represión, por entonces en aumento; contra el incremento de la desocupación, los ataques al salario y a los derechos de los trabajadores. Marcó el inicio de una nueva etapa política, signada por la demostración clara de la potencialidad de la clase trabajadora para dirigir al conjunto de los sectores explotados y oprimidos.

Mientras la burocracia sindical negociaba y aplaudía a Onganía, entre los trabajadores se iba desarrollando una corriente que cuestionaba esta actitud conciliadora, que iba gestando una organización democrática, amplia, independiente y clasista, que entendía que era necesario luchar para liberarse de la dictadura y de la expoliación imperialista. Este sindicalismo combativo, que no restringía la acción gremial a la negociación de los convenios colectivos, que no se sentaba a repartir la torta con los empresarios, confluirá con los estudiantes y el pueblo en general en el “Cordobazo” de 1969.

Ese día Córdoba es una trinchera. Son las trabajadoras, las amas de casa, los obreros y estudiantes que luchan hermanados. Es el pueblo decidido y firme. Son sus hombres y mujeres que levantan barricadas, queman los símbolos de la riqueza y del imperialismo, atacan a la policía y la obligan a retirarse hasta que la ciudad es suya.

Córdoba es libre, es pueblo y es victoria. Es una enorme demostración de capacidad de organización y fuerza popular. La dictadura cae y lleva consigo una herida de muerte.  
Ayer. Hoy. Aquel 29 de mayo tiene una enorme vigencia.

Porque demuestra que es posible que los trabajadores sean una fuerza creciente que esté al frente del proceso de liberación. Pero una liberación que parta de la construcción desde abajo, luchando en defensa de los verdaderos intereses de los trabajadores, de su emancipación del capital, batallando al mismo tiempo contra las viejas burocracias reformistas y negociadoras.

29 de mayo que es ayer, hoy, y que será mañana.

Porque para terminar con la precarización laboral, con la explotación y la miseria, no hay otro camino que organizarse, desde abajo, con honestidad y solidaridad, con firmeza y convicción. Porque a pesar de la confusión a la que intentan someternos, a la ilusión engañosa del pacto con el opresor, no hay otra salida real y definitiva para el pueblo que la lucha revolucionaria por el socialismo.

¡Alcemos las banderas rebeldes de los trabajadores y el pueblo de aquel 29 de mayo!
¡Honremos la justa memoria y los principios del Cordobazo!
¡Arriba la rebelión de los explotados y excluidos de Nuestra América Latina!

AGRUPACIÓN HOMBRE NUEVO
29 de Mayo de 2011

domingo, 1 de mayo de 2011

Este 1 de mayo contra toda forma de explotación!

afiche hn 1ro de mayo HN


Tercerización y explotación: dos caras de la misma moneda


“ Lo único que posee y que en realidad produce para sí el obrero es su jornal. Las sedas, los palacios, las joyas, son para otros. El sobrante de su trabajo no se le paga; pasa íntegro a los acaparadores del capital.¡Ese es vuestro sistema capitalista!”

Albert Parsons; obrero gráfico anarquista. Uno de los “Mártires de Chicago”


En nuestro país, uno de cada tres trabajadores realiza igual o mayor trabajo que el resto, pero recibe a cambio un menor salario y no tiene la mayoría de sus derechos. Eso implican la tercerización y la precarización laboral; otras maneras de llamar al denominado “trabajo en negro”, o informal, o temporario; otro modo de hablar de aquellos que no poseen estabilidad en su cargo, ni límite claro en su jornada laboral, ni vacaciones pagas, ni derecho a indemnización por despido, ni protección ante una enfermedad, ni cobertura social ni jubilación… Estos trabajadores no son cifras, aunque los tecnócratas de turno traten de reducirlos a eso: son los jornaleros en el campo, que levantan las cosechas por quince pesos al día; son los empleados de los talleres textiles clandestinos reducidos a servidumbre; son los trabajadores excluidos: cartoneros, vendedores ambulantes trabajando a la intemperie, corridos por la policía. Son los muchos operarios, empleados de mantenimiento, empleadas domésticas o de limpieza, que no están registrados, o lo están mediante tercerizadas: empresas contratistas que lucran con su fuerza de trabajo; intermediarios que muerden parte de su jornal sin aportar nada, salvo rapiña. Son los varios docentes y estatales con contratos basura que los Ministerios nacionales y provinciales, incluido el Ministerio de Trabajo, emplean de esa manera.
En nuestro país, el mismo en que un tercio de los trabajadores es despojado de casi todos sus derechos, y el resto pelea para que su salario no sea devorado por la inflación, se otorgan anualmente cerca de $ 30.000.000.000 en subsidios para diversas corporaciones y empresarios. Mientras la clase que genera las riquezas sociales es explotada, y hace enriquecer como pocas veces a las patronales; mientras millones no logran salir de la pobreza (4 millones, según INDEC; 10 millones, según consultoras privadas), el empresariado argentino sigue siendo el beneficiario de este “modelo”. Pese a sus quejas y disputas con el gobierno y con las burocracias sindicales, la burguesía engrosa su patrimonio. Los Bulgheroni (magnates del petróleo) o los Pérez Companc (millonarios del sector energético y alimentos) siguen viendo cómo sus fortunas trepan posiciones en los ránkings internacionales. Pese a sus eventuales cruces con la Casa Rosada, en los últimos 3 años, los agroempresarios que el gobierno dice combatir -entre ellos los Pérez Companc- recibieron en el rubro “molinos” más de $ 2.250.000.000 como compensación por vender su producción en el mercado interno. No obstante, los precios de los alimentos no dejan de aumentar, al igual que sus ganancias.


Contra toda forma de explotación

“Mi más ardiente deseo es que los trabajadores sepan quiénes son sus enemigos y quiénes sus amigos. Todo lo demás merece mi desprecio: desprecio el poder del gobierno y desprecio sus policías.”

George Engel; tipógrafo anarquista. Parte de los “Mártires de Chicago”.

Mientras la burocracia sindical, garante y cómplice de la tercerización de hoy y de la flexibilización de ayer, se enriquece con la desgracia de sus afiliados, vacía sus obras sociales y adultera medicamentos para construir las mansiones de sus dirigentes, y organiza sus patotas para impedir la democracia sindical, siguen surgiendo comisiones internas y cuerpos de delegados combativos que recuperan la tradición de lucha de nuestra clase. Pese a las movilizaciones masivas de trabajadores que hoy se hallan encolumnados con el aparato de la CGT, miles se van asomando a la lucha de manera independiente de los sindicatos burocráticos, y lo hacen recordando el ideario de los mártires de Chicago, y de tantos otros que nos precedieron: lo hacen alzando las banderas de un mundo sin explotación, sin opresión.

En momentos donde el discurso oficial habla de un “justo reparto” entre explotadores y explotados, que ni siquiera tiene un correlato en una distribución de riquezas real, y proclama que “éste es el país que los desaparecidos soñaron”, resulta indispensable aclarar que los esfuerzos por embellecer lo viejo, por emprolijar la explotación, por maquillar al capitalismo, no llevaron ni llevarán jamás a una sociedad nueva.

Este 1º de Mayo, junto a los trabajadores y los pueblos que se rebelan en Siria, en Libia, en Egipto y en muchos otros países contra el imperialismo y sus gobiernos títeres; junto a los trabajadores y los pueblos de América Latina que resisten y luchan; retomando las banderas del Cordobazo, del sindicalismo clasista; las de Santucho y del Che, decimos:
  
VIVA EL 1º DE MAYO
LUCHAMOS CONTRA LA EXPLOTACIÓN;
LUCHAMOS POR EL SOCIALISMO.  

Agrupación Hombre Nuevo
Mayo 2011