jueves, 28 de julio de 2011

BASTA DE ASESINAR A LOS QUE LUCHAN!


VIERNES 29 - 11 HS. * NOS MOVILIZAMOS

Dos manifestantes muertos y más de treinta heridos, seis de ellos con balas de plomo, todos por la represión policial. En el Departamento de Ledesma, Jujuy; más precisamente en su ciudad cabecera, Libertador Gral. San Martín, la Infantería local desalojó esta madrugada a más de medio millar de familias que ocupaban predios reclamando soluciones por la carencia de viviendas.
Nuevamente los pobres, los hijos de la tierra, son reprimidos por las balas del poder. Los Blaquier, dueños del monopolio azucarero Ledesma, son también dueños del predio recientemente ocupado por los pobladores que hace más de cinco años piden una solución a sus reclamos. La empresa, que posee más de 150.000 hectáreas en la provincia, no toleró que las familias sin techo acamparan y armaran casillas en no más de 15 de esas hectáreas. A 35 años exactos del “Apagón de Ledesma”, los Blaquier y las fuerzas represivas, ahora en un gobierno electo, siguen asesinando pobres.

Diablo, Familia y Propiedad: La frontera del progresismo
Horas después de que el gobernador jujeño Walter Barrionuevo junto a su par salteño Juan Manuel Urtubey inauguraran junto a la presidenta Cristina Fernández una cárcel para 500 personas en Salta, 700 familias que no son alcanzadas por ningún plan de vivienda eran reprimidas con gases, balas de goma y de plomo por el aparato represivo provincial.
El intendente Jorge Ramón Alé y el gobernador Walter Barrionuevo, ambos alineados con el Frente para la Victoria, son los responsables políticos directos de estos asesinatos. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner, sus ministros Florencio Randazzo (Interior) y Nilda Garré (Seguridad) deben dar respuestas por estos nuevos crímenes cometidos por las fuerzas de seguridad del estado. El problema de la vivienda, como el de las muchas consecuencias que la exclusión social sigue generando en nuestro país, no puede seguir encontrando como reacción la militarización y la saturación de las calles con gendarmes, prefectos y policías. El derecho a la tierra y a la vivienda exige respuestas urgentes: como en el Parque Indoamericano, como en Misiones, los gobiernos provinciales, el porteño, y el pretendido “gobierno popular” siguen respondiendo con represión y muerte. Una vez más, las fuerzas de seguridad que el llamado “progresismo” despliega por todo el país muestran hasta dónde llega la tolerancia de las políticas oficiales con los de abajo: hasta el límite justo de la propiedad privada de los poderosos de siempre.

POR EL DERECHO A LA TIERRA Y POR LA VIVIENDA DIGNA
BASTA DE ASESINAR A LOS POBRES
BASTA DE REPRESIÓN
JUSTICIA POR LOS MUERTOS DE LEDESMA

Viernes 29 de julio, 11 hs.:
Nos concentramos para movilizarnos
desde el OBELISCO hasta la Casa de Jujuy

AGRUPACIÓN HOMBRE NUEVO
28-07-11

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martes, 26 de julio de 2011

Frente a las elecciones del 31 y después de ellas‏



Un panorama adverso para los de abajo
La consolidación electoral del macrismo ha abierto una serie de análisis que intentan explicar las causas de la reafirmación mediante el voto de una gestión reaccionaria como la del Pro. Los intereses de los sectores populares se encuentran vulnerados sistemáticamente por Macri y su camarilla de empresarios y punteros: el avance en el vaciamiento de la educación y la salud públicas, la ausencia de políticas de vivienda, la instrumentación planificada a nivel estatal y paraestatal de la represión y la xenofobia, la corrupción y el saqueo de las arcas públicas en beneficio de las empresas amigas son signos indiscutibles de la estirpe derechista de esta fuerza. Sin embargo, esto no se ha visualizado claramente por un sector del pueblo, y esa gestión ha sido refrendada mediante el voto.
Ante esta consolidación en las urnas de un variable abiertamente contraria a nuestros intereses como trabajadores, desde la izquierda, las organizaciones y movimientos sociales, el pueblo en lucha, debemos plantearnos y replantearnos tareas y desafíos con espíritu crítico y autocrítico.

Una disputa en una cancha cada vez más ajena
En el escenario electoral, con reglas y pautas cada vez más restrictivas y más institucionalizadas en perjuicio de nuestros intereses de clase, la izquierda viene retrocediendo a paso redoblado.
Asistimos en las elecciones porteñas a una polarización del voto que fue asimétrica: el voto conservador, encabezado por el macrismo, logró aglutinar fuerzas con eficacia a su alrededor, obteniendo incluso el apoyo de muchos de los que se ven perjudicados por sus políticas. El voto pretendidamente progresista del Frente para la Victoria y sus dos colectoras no logró despertar el entusiasmo que ellos mismos pretendían en la ciudadanía. Pese a los traspiés propagandísticos que varios analistas le señalan a Filmus – Tomada, entendemos que deben buscarse las causas para su derrota en los hechos y en sus posiciones concretas, y no sólo en los desaciertos comunicacionales de su campaña o en su falta de carisma.
Daniel Filmus no es otro que uno de los ideólogos de la reforma educativa (la Ley Federal de Educación y su heredera la Ley de Educación Nacional) ahora presentado por sus defensores como un respetable académico, dejando así a un lado su filiación con el peronismo porteño en el que incursionó nada menos que de la mano del ex intendente Grosso. A Filmus lo secunda Carlos Tomada, Ministro de Trabajo y administrador de la precarización laboral hasta en su propia cartera, portavoz de burócratas sindicales como el asesino Pedraza; un ministro dócil con las mafias del presidiario Zanola o del delator Gerardo Martínez, violento con los docentes de Santa Cruz, reprimidos con tanques hidrantes e infantería. En lista que ambos presiden podemos encontrar entre los primeros lugares a candidatos ingresados a la legislatura como Alejandro Amor, burócrata del SUTECBA (municipales). Difícilmente el electorado porteño pueda visualizar como progresista a una fuerza que militariza la ciudad con Gendarmería y Prefectura, atesta las barriadas pobres con la Policía del gatillo fácil, reprime docentes, apoya con votos la creación de la Policía Metropolitana, acompaña con su aprobación más de la mitad de los proyectos del PRO en la Legislatura, y sigue la lista. El oficialismo nacional, que alternó las iniciativas anteriores con su agenda de medidas tímidamente redistributivas y su retórica de DD.HH., vio en las elecciones porteñas un contendiente sólido que le ganó por derecha. Sabemos que los proyectos del macrismo y del kirchnerismo no son idénticos; pero las diferencias que los separan no son antagónicas y no deben confundir cuáles son nuestras tareas militantes.
En ese antagonismo engañoso, donde la derecha es más consecuente que el pretendido reformismo, Macri ganó con algo más que globos de colores.

El avance conservador: una realidad, pero no una sorpresa
La convivencia armoniosa del Pro y el FpV en la legislatura, las treguas sindicales pactadas sucesivamente por las burocracias de sindicatos mayoritarios de municipales y docentes (direcciones de SUTECBA y UTE), entre otras medidas, definen un escenario donde el fortalecimiento de la actual gestión no es un hecho abrupto ni de último minuto. El macrismo viene avanzando no sólo en las urnas: su incremento en la red punteril, absorbiendo los rezagos del PJ, y su eficacia marketinera para interpelar sectores amplios de la población, dan muestra de una construcción que pretende afianzarse.
Desde Hombre Nuevo creemos que ante la avanzada del macrismo, y eludiendo las falsas opciones, es preciso apostar a espacios multisectoriales amplios, pero ajenos al encolumnamiento con el oficialismo nacional. Sostenemos, autocríticamente, que hemos dejado “campo libre” al gobierno porteño y también al oficialismo nacional al no poder conformar una opción unitaria para la lucha, libre de hegemonismos y que se visualice como opción de izquierda y de masas.
Este domingo 31 nos enfrentamos a un problema que no se resuelve con la opción que las dos variantes electorales existentes nos presentan. Reducida esta segunda vuelta a una elección entre lo malo y lo peor, LLAMAMOS A NO VOTAR.

Unidad para la lucha
Creemos que nuestra tarea es construir unidad de clase, unidad de acción, poder para el pueblo.
Sabemos que esa tarea, ardua y trabajosa, requerirá de esfuerzos; sabemos que el escenario es adverso, pero estamos convencidos de que un apoyo al “mal menor” no contribuirá a un avance en los desafíos que como pueblo poseemos.
Apostamos a trabajar hacia una unidad real de los de abajo. Apostamos a la lucha.
Por eso no los votamos.

AGRUPACIÓN HOMBRE NUEVO
25 – 07 - 11

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jueves, 7 de julio de 2011

Nuestra posición frente a las elecciones

Las próximas elecciones nacionales se producen en un escenario que habría sido inimaginable en ese caluroso verano de 2001 – 2002, cuando el sistema institucional fue cuestionado en las calles. El consenso que los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner han construido en torno al “modelo”, tiene un correlato más profundo que la oposición de derecha intenta negar y que, por el contrario, las figuras oficiales recuerdan incesantemente en sus intervenciones: “el infierno del 2001” . Ese correlato es la recomposición de la hegemonía burguesa sobre el conjunto de la sociedad que expresa una confianza en las instituciones, en determinados funcionarios, en la acción del Estado y en el propio sistema electoral.
Ese resultado, hoy palpable en la expectativa y atención con que sectores importantes del pueblo avizoran los próximos sufragios, se ha construido también en torno a una falaz polarización entre “gobierno” y “oposición derechista” que ignora adrede la existencia de otras posiciones y otras perspectivas.

Dentro del capitalismo, las elecciones son un marco institucional acotado y dominado por una clase que no es la nuestra, que presenta un terreno que le es propio como si fuera natural. Las transformaciones que pueden dar lugar a los cambios revolucionarios que nuestro país necesita no son plebiscitadas por los dueños del poder. Cuando votamos dentro del marco de elecciones en el capitalismo, no elegimos democratizar los recursos, su propiedad y uso, sino cargos en instituciones creadas para mantener intacto un ordenamiento social injusto.

Desde Hombre Nuevo sostenemos que la participación electoral puede ser una táctica válida en determinado momento político. Pero, sin duda, desde una perspectiva revolucionaria, las elecciones no son el camino para llevar al triunfo una estrategia de poder de nuestra clase.
Lamentamos hoy no poder tener un movimiento político unificado de todas las fuerzas de izquierda que nos planteamos una transformación social radical y que pueda dar la batalla en todos los terrenos. Pero no hay pases mágicos o resoluciones de último minuto que resuelvan las tareas que la realidad nos demanda en esta etapa.

Es preciso también poner de manifiesto que distintos núcleos venimos realizando en muchos terrenos una paciente tarea de acumulación de fuerzas.
Somos muchos las organizaciones que desde la izquierda independiente venimos realizando una tarea cotidiana sistemática y perseverante en los barrios, en los lugares de trabajo y estudio, en las agrupaciones sindicales y estudiantiles, en el ámbito artístico – cultural, para construir una fuerza social y política revolucionaria. Somos muchos los que trabajamos, desde hace mucho tiempo, para revertir el proceso de fragmentación política imperante. Nuestra propia historia como Agrupación es  producto de una convicción profunda de que la unidad es una de las tareas principales que tenemos que enfrentar. Sabemos que la solidez de cualquier proceso de unidad está íntimamente ligada a que los acuerdos políticos estén sostenidos con una sana práctica conjunta en todos los niveles organizativos.

Pero también sabemos que ninguno de nosotros como militantes y como organización estamos exentos, por el sólo hecho de reivindicarnos de izquierda, de reproducir valores y formas que nada tienen que ver con el propósito de la emancipación humana. Por ello, sostenemos que es fundamental construir colectivamente una nueva subjetividad, para tratar de aproximarnos cada vez más al paradigma de hombre y mujer que queremos construir. No podemos separar nuestro proyecto político de las prácticas y actitudes con las que construimos cotidianamente.

En ese camino, desde hace tiempo sostenemos espacios en los que, en base al principio del Frente Único de trabajadores, confluimos con otras tendencias con las que tenemos objetivos generales comunes aunque mantengamos diferencias en aspectos tácticos, en las tradiciones que reivindicamos, y hasta en la forma en que concebimos la organización política. Es parte inescindible de nuestra concepción el privilegiar la acumulación general de los organismos de la clase por sobre la de nuestra propia organización.
Los conflictos y las fricciones que inevitablemente surgen en este tipo de reagrupamientos pueden resolverse si los principios políticos se traducen en una nueva cultura militante que se base en la honestidad, en el respeto a los compañeros que pertenecen a otra organización, en una lucha incesante contra el hegemonismo y en definir claramente los enemigos. Una nueva cultura militante que garantice que los acuerdos se concreten. Ésta es la única garantía de que podamos avanzar en la construcción de la alternativa que necesitamos como pueblo. 

Pero eso no es todo. Necesitamos ir elaborando un programa que pueda interpelar a sectores por fuera del activismo de izquierda; rechazamos la práctica de hacer política para los “convencidos”. Nosotros aspiramos a transformar el país y, por qué no, el mundo, en consecuencia tenemos que poder convencer, sumar a la participación y a la organización a amplios sectores del pueblo. A la vez, sin una fuerza política – social que lo sostenga y lo lleve adelante, cualquier programa puede ser una enunciación de buenas intenciones, una enumeración de elementos “teóricamente puros” pero estériles. Por eso, la construcción de poder del pueblo es el punto crucial en nuestra concepción estratégica. No hay revolución y menos aún socialismo posible sin el protagonismo de los trabajadores.

Por todo esto es que hoy, ante la ausencia de una expresión que sintetice en el terreno político electoral la construcción a la que estamos aportando, LLAMAMOS A NO VOTAR.

Hoy, y el lunes posterior al domingo 24 de octubre, después de que se barran los papeles en las escuelas, seguiremos convocando a la organización y a la participación,  a continuar con la lucha y con el trabajo que nos van a permitir transformar la sociedad.

AGRUPACIÓN HOMBRE NUEVO