Declaración de la Agrupación Hombre Nuevo
Ante la crisis social, la respuesta no puede ser la represión
Una serie de saqueos en distintos puntos del país conmocionó el escenario político nacional en estos días. A 11 años de las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001, el conflicto social que se inició en Bariloche, una localidad con una extrema pobreza, se extendió luego a los barrios más golpeados de Rosario, Tucumán, Neuquén y también a la zona norte del Conurbano bonaerense.
La respuesta del estado no se hizo esperar. El envío de 400 gendarmes comandados por Sergio Berni - ex espía de las fuerzas de seguridad, que dirige la represión a los trabajadores como este año en la Panamericana y que se dedica además a perseguir a los movimientos sociales- fue el comienzo de un operativo nacional que dejó un total de 600 detenidos en todo el país y 3 muertos pertenecientes una vez más a las clases populares.
La incidencia en el armado de muchos de estos sucesos de sectores en disputa con el gobierno nacional que operan tras bambalinas pretendiendo instalar una agenda aun más regresiva para los sectores populares, se da sobre una base real de un aumento de la pauperización y la carestía de la vida que impulsó a cientos de familias desahuciadas. A los niveles consolidados de precarización laboral que afectan a más de un tercio de los trabajadores, la inflación que carcome los salarios –y más de aquellos que en negro no logran acceder siquiera a las actualizaciones por debajo de la inflación- deben sumársele la carga impositiva que opera desde los salarios medios con el llamado impuesto a las ganancias, el IVA sobre muchos productos de primera necesidad, los aumentos en impuestos y servicios, en particular el de transporte, en el que el gobierno nacional ha aplicado un nuevo tarifazo. Estos elementos hacen que los trabajadores sigan siendo el sector en el que recae gran parte de la recaudación fiscal y que sostienen con la precariedad de sus trabajos y su vida el crecimiento económico y las ganancias de los sectores concentrados de la economía. Ese saqueo silencioso hacia el pueblo, saqueo que nadie televisa, es el que le permitió a los bancos que operan en Argentina alzarse en el 1º semestre de 2012 con utilidades de más de $4.400 millones.
Los vínculos entre barrabravas, burocracia sindical y partidos políticos patronales son conocidos por todo el pueblo. Esos vínculos, que sostienen históricamente a gobiernos del PJ y demás fuerzas tradicionales, y que son los que se emplean para romper huelgas o tercerizar la represión contra trabajadores, hoy juegan también en la interna peronista y la crisis política de los de arriba. Sin embargo, no debe ser invisibilizada (como pretenden los medios de uno y otro bando) la participación de jóvenes y sectores populares excluidos por este sistema capitalista que los condena a vivir de las migajas del estado. Se evidencia una crisis social que es resultado de una política de ajuste que, más o menos solapada o atenuada, se viene cargando de manera constante sobre los de abajo y que se pone de manifiesto en el recorte del gasto social y en la caída del empleo sobre todo en rubros como la construcción, que suele ser fuente de trabajo para este sector social. A 10 años de crecimiento económico a tasas chinas, para importantes sectores de nuestro pueblo, sobre todo la juventud, los cambios son insignificantes. Su situación económica y social sigue siendo crítica. Ni la Asignación Universal, relegada en nuestros presupuestos nacionales por las cifras de pago de deuda pública, ni las políticas “progresistas” e inclusivas que los laderos del oficialismo defienden fervorosamente resolvieron ni pueden resolver los problemas estructurales de nuestra clase.
Luego de todos estos años de gobierno, en los que no se ha realizado una verdadera distribución de la riqueza y de programas de empleo que ofrezcan una salida a los sectores populares, frente a esta situación social tampoco se implementan programas de emergencia. El kirchnerismo resuelve reprimiendo con el envío de centenares de gendarmes a las zonas de conflicto al mando directo del reaccionario Secretario de Seguridad Sergio Berni. Nuevamente, en la disputa interna de los sectores de poder, los muertos los pone el pueblo y las víctimas de la represión y detenciones son, como suele pasar, los pobres.
La crisis y pelea entre los de arriba debe encontrar al pueblo trabajador organizado, y tratando de abrirse camino sin ser arrastrado por ninguno de los bloques patronales en disputa. Desde la Agrupación Hombre Nuevo exigimos el cese inmediato de la represión y la implementación urgente de medidas frente a la grave crisis social:
- Fin de la represión y la libertad a los detenidos.
- Juicio y castigo a los responsables materiales y políticos de los asesinatos en Rosario.
- Por una navidad sin hambre ni exclusión: Bonificaciones de fin de año
- Eliminación del IVA a los productos de primera necesidad.
- Basta de hambre y pobreza: Salario mínimo equivalente a la canasta familiar.
- Más impuestos a los ricos y más derechos para los de abajo.
- Implementación de programas de empleo para los jóvenes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario