El conflicto estalla en todo el país
Cuando los docentes enseñan luchando
Decenas de miles de trabajadores de la educación llenaron las calles de La Plata. La huelga, con un alto componente de participación desde abajo, marca el camino para enfrentar al ajuste en curso. En la lucha de los docentes se juega buena parte de la suerte que corra la conflictividad salarial.
La embestida del gobierno nacional para descargar la crisis sobre nuestras espaldas se enmarca en la devaluación de la moneda y el aceleramiento inflacionario que impactan directamente sobre nuestros depreciados salarios. Estas medidas protegen la tasa de ganancia de los empresarios, verdaderos “ganadores” del modelo. Para culminar este plan de ajuste intentan imponer un techo a las paritarias. El gobierno nacional y los gobernadores provinciales rápidamente acordaron acerca del carácter ejemplificador de la paritaria docente, que funciona como caso testigo para gran parte del resto de las negociaciones salariales. La oposición patronal, en el mejor de los casos hace un silencio de radio, aunque la mayor parte de la dirigencia política ha condenado la “irresponsabilidad” de los trabajadores docentes que están realizando las huelgas.
Al ser una paritaria testigo, el gobierno posee particular interés en que los reclamos docentes no triunfen. Dos de las figuras principales del actual gabinete nacional, Capitanich y Kicillof, fueron los elegidos para ocupar el rol de operadores ofreciendo como piso el 22% en tres tramos, y agregando provocativamente y como distractor, que corre el eje del debate, la discusión sobre el “presentismo”. A este primer anuncio, siguieron ofrecimientos provinciales muy por debajo de la inflación anual estimada. Tan solo en lo que va del año la inflación reconocida por el nuevo índice de precios es del 7,4 % y la perspectiva es que se incremente.
La respuesta de los trabajadores de la educación se despliega con contundencia. Hoy, a tres semanas del inicio lectivo, 15 provincias se mantienen en conflicto con diferente nivel de intensidad, con paros escalonados o intercalados con un regreso a las escuelas en los casos de Catamarca, Chaco, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, La Rioja, Mendoza, Neuquén, Río Negro, Salta, San Juan y Tierra del Fuego, con cortes de rutas (que recibieron la represión policial) en Misiones llevados a cabo por algunos sectores gremiales como el Movimiento Pedagógico de Liberación y la Udnam. Además, hay dos provincias que aún no han comenzado las clases: Chubut y Buenos Aires.
La conducción Celeste de CTERA no puede ocultar sus compromisos con el gobierno nacional. Con un discurso que exalta la autonomía sindical, no deja de quedar en evidencia que en sus intervenciones nunca mencionan la responsabilidad del gobierno nacional en el intento de aleccionar las protestas sindicales y sociales. Tal es así, que todavía no se ha realizado ninguna medida que unificando los reclamos a nivel nacional señale con firmeza la responsabilidad del gobierno central. La educación es un problema nacional que requiere medidas nacionales. La burocracia de CTERA parece no estar dispuesta a tomarlas.
Buenos Aires, el epicentro del conflicto
La huelga docente en la provincia de Buenos Aires transita su tercera semana. Por la intensidad del conflicto se ha convertido en una de las luchas más importantes del sector en la última década, solo por detrás de las luchas de Santa Cruz del 2007 y 2011, y de Neuquén en 2010 y 2013, pero con mucha mayor capacidad de resonancia.
La muy escasa propuesta del gobierno de un aumento del 30,9% para los maestros de grado (aumento que afecta al 20% del total) y de un 21% a 23% para el resto, todo en dos tramos, está muy lejos del aún insuficiente reclamo el Frente Gremial Docente Bonaerense de un 35%. Desde varias seccionales y entidades opositoras, reunidas recientemente en el encuentro Nacional Docente, y calculando el costo de la canasta familiar, se sostiene la necesidad de un aumento que lleve a que ningún docente gane menos de $9.000.
Un salario que siempre corre a la pobreza desde atrás
Hace ya varios años que el salario docente, uno de los más bajos si tomamos en cuenta a los sectores del trabajo formal, viene siendo erosionado por los crecientes índices de inflación, llegando a la “paradójica” situación de que el salario inicial, de $3.417 ha quedado por debajo del ya escaso salario mínimo vital y móvil. Sin dudas, la responsabilidad de esta situación es compartida por el gobierno nacional, los gobiernos provinciales y las conducciones burocráticas de los diferentes sindicatos, principalmente la lista Celeste del SUTEBA, que, lejos de preocuparse por los salarios, las condiciones laborales y la situación de la escuela pública en general, se esfuerza por utilizar al sindicato como herramienta de disputa política, y practicar un seguidismo ciego al gobierno kirchnerista. El SUTEBA provincial se ha convertido un sindicato cada vez más burocratizado, con escasos o casi inexistentes espacios de democracia interna, con importantes desafiliaciones en toda la provincia como contrapartida de la pauperización del salario docente y la educación pública.
Varios son los factores que en la actualidad llevan a la burocracia Celeste a mantener el paro por tiempo indeterminado. Si por su dirigencia fuera, ya hubieran cerrado el conflicto hace tiempo para salvaguardar sus compromisos políticos. Pero el crecimiento logrado por la izquierda dentro del sindicato a partir de las elecciones del año pasado, que llevó a la Lista Multicolor a conducir 9 seccionales en la provincia (varias de ellas claves, cómo la Matanza o La Plata), la presiones internas dentro del propio Frente Gremial y la presión por fuera que ejerce UDOCBA, son elementos clave que impiden que la conducción de Baradel entregue la lucha una vez más como ya lo ha hecho muchas veces antes.
La gran novedad es el despliegue de fuerzas con cierta autonomía y relativamente espontáneas, en muchos casos, fuerzas dinámicas de las bases docentes que bajo el nombre de Docentes Autoconvocados, congregan a docentes afiliados, no afiliados, desafiliados, y en algunos casos auxiliares, que organizan masivas asambleas, movilizaciones y actividades distritales, sacando el conflicto a las calles. Estas experiencias, que en muchos casos lograron desbordar los mecanismos de contención de las conducciones sindicales muy desprestigiadas, dan cuenta de la situación de descontento ante la pérdida del salario, el ataque claro por parte del gobierno, pero también ponen en agenda consignas que refieren a las condiciones laborales y de enseñanza y aprendizaje. Se evidencia un hartazgo por el no reconocimiento de la tarea docente y los ataques permanentes de funcionarios y periodistas que tienen ingresos muy superiores a los de cualquier docente y que conocen las escuelas públicas sólo por fotos.
La Necesidad de profundizar la lucha y de recuperar el SUTEBA
Desde Hombre Nuevo creemos que se debe profundizar la lucha para obtener el triunfo, las condiciones de participación y movilización de la docencia indican que la victoria es posible; es necesario trabajar sobre la democracia de base y transformar el paro “pasivo” en un paro activo, debemos realizar asambleas en las escuelas donde puedan participar todos los compañeros, afiliados y no afiliados, invitar a compañeros de otros gremios, sumar a padres y alumnos, para que la lucha sea de todo el pueblo, debemos estar activos, colocar la estructura del sindicato en pos de realizar actividades diarias de difusión, movilización y lucha y no debe temblarnos el pulso si es necesarios radicalizar la protesta.
Al mismo tiempo debemos denunciar que el objetivo del FGDB es insuficiente. El 35% no alcanza, para recomponer lo perdido por nuestro salario durante años. Debemos luchar por un salario igual a la canasta familiar, porque se mejore sustancialmente el salario básico, por mayor infraestructura y por más escuelas públicas, por el funcionamiento del IOMA, por el fin de los susidios a las escuelas privadas. ¡Es mentira que no hay plata! La plata se usa para pagar la ilegítima y fraudulenta deuda externa, para las indemnizaciones a Repsol, o se utilizó para aumentarle hasta un 50% los sueldos al aparato represivo cuando se acuarteló. ¿Por qué no se aplica una reforma tributaria que grave las ganancias de aquellos que, como lo afirmó la presidenta, se la “llevan en pala”? Por otra parte sostenemos que la discusión de los números debe ir ligada a la necesidad de implementar un presupuesto único y nacional, y no que dependa de las variadas arcas provinciales. Al mejor estilo noventista este gobierno sostiene la descentralización del presupuesto educativo.
Por otro lado sabemos que mientras esta conducción, burocrática y adicta al gobierno, continúe dirigiendo los destinos del SUTEBA, no se podrá lograr que cumpla su función de herramienta de lucha para los trabajadores. Por eso también es necesario aportar a las construcciones de oposición, desde abajo y a la izquierda para hacer del sindicato, realmente una herramienta de lucha para nuestra clase.
Es preciso seguir en la calle para que la burocracia no pueda bajarse del plan de lucha.
Por un salario igual a la canasta familiar.
Si triunfa la lucha docente, ganamos todos los trabajadores.
Agrupación Hombre Nuevo – 22 de marzo de 2014